La Región de Carniola, dónde las montañas son más altas que otras regiones, dónde la belleza se extiende allá por dónde mires, encontramos uno de los reclamos para los fans de instragram.
En la pequeña población de Jamnik, situada muy cerca de la ciudad de Kranj, hallamos una de las iglesias más bonitas de Eslovenia. Allí sobre la meseta de Jelovica, está la Iglesia de Sant Primus y Felician. Es curioso que una construcción tan pequeña sea uno de los mayores atractivos de la zona. Son muchos los viajeros que acuden hasta Jamnik para trepar la colina sobre la que se sitúa la iglesia, y una vez allí se comprende el porqué de tal peregrinaje.
El escenario es sin duda uno de los objetivos para los amantes de la fotografía, y es que la perspectiva que nos ofrece éste lugar es maravillosa. Rodeada de bosques y con los Alpes Julianos tras el pequeño edificio la luz que se proyecta aquí hace que cada instantánea sea diferente. Los atardeceres son espectaculares en verano, el otoño dora los árboles haciendo que el lugar sea totalmente diferente, y qué decir del invierno, cuando la nieve cubre toda la colina, y nos ofrece una estampa navideña en toda regla. Pero si hay una estación en la que la belleza estalla es la primavera, cuando las flores y el verde esloveno copan toda la escena, creando un encuadre perfecto.
La Iglesia se encuentra a unos 800 metros de altura sobre el nivel del mar, no es mucho teniendo en cuenta la geografía eslovena, pero eso hace más atractivo aún el acceso de los visitantes. Para llegar hasta la Iglesia no hay demasiadas complicaciones, una vez lleguemos hasta la aldea de Jamnik, hay que caminar por un sendero de poca dificultad hasta la construcción. Un paseo que siempre agrada a los visitantes y que sorprende una vez alcanzada la cima. Desde éste mirador natural podemos ver la cordillera de Karawanks, los Alpes e incluso la estación de esquí de Kravavec. Algunas de las montañas que podemos observar llegan hasta los 2000 metros de altura, por lo que la sensación que obtenemos es maravillosa.
En el interior de la iglesia aún se conservan algunas pinturas del Siglo XV, y el estilo que predomina en su interior es gótico, aunque no hace tantos años fue restaurada, en 1946. La campana que repica en lo alto de la torre se añadió 250 años después de la construcción del edificio, y en el exterior, se halla una encrucijada con una señal realizada por un albañil local. Éste lugar se convirtió en un homenaje a los fallecidos asesinados por los fascistas durante la II Guerra Mundial.
En el trayecto hasta la iglesia os encontraréis con caminantes de todo tipo, familias, excursiones, niños, pero también veréis muchos ciclistas, y es que es una de las rutas más solicitadas por los amantes de las dos ruedas, y no es de extrañar, una vez arriba, la recompensa es increíble. A los más pequeños les gustará cruzarse en el camino con animales autóctonos, cómo cabras, caballos de gran pelaje, vacas y ovejitas felices en los verdes pastos eslovenos.
Otra de las peculiaridades de la Iglesia es que siempre está iluminada de noche, por lo que muchos fotógrafos acuden al anochecer para obtener impresionantes fotos con la luna y la iglesia cómo protagonistas. Ésto hace que el lugar sea visible desde bastante lejos, convirtiéndose en un punto de referencia para los viajeros. En sus orígenes sirvió de aviso para los habitantes, ya que durante los ataques otomanos prendían hogueras en la colina para notificar a sus vecinos de que se acercaba el enemigo.
Obvia decir que al ser un lugar tan bucólico, son muchas las parejas eslovenas que deciden darse el sí quiero en Jamnik. No es complicado ver celebraciones durante los meses de primavera y verano, y sin duda, la instantánea también merece la pena.